mdby……BUNKERTYPE #1

Una visita maravillosa al taller de Jesús Morentin, BUNKERTYPE, un sótano donde el tiempo pasa volando sumergidos entre moldes, tinta y letras. Fue una autentica gozada la visita y lo que aprendimos con él!

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Jesús, desde que empezaste a recopilar material para realizar impresiones con tipos móviles de plomo y madera (letterpress), como ha ido cambiando tu vida?
Sin duda mi trabajo en BunkerType ha acabado desplazando mi proyección profesional, con lo que ahora debo compatibilizar mi trabajo en las diversas escuelas en las que imparto docencia, con el montón de horas de dedicación necesarias para que el proyecto funcione. Eso se traduce en que cada vez tengo menos tiempo para mi y mi familia, pero lo compensa el enorme placer de estar trabajando en algo que me apasiona y seguir descubriendo nuevas cosas día a día. Aprender es algo fantástico que a menudo dejamos de hacer a partir de cierto momento de nuestras vidas, casi sin darnos cuenta, y cuando de repente algo apasionante despierta nuevamente ese anhelo solo deseas que no termine nunca. Por otro lado mi trabajo en el Bunker me ha brindado la posibilidad de conocer a muchísima gente interesante, con la que comparto pasiones, trabajo, emociones. ¡Todo un lujo, de verdad!

Como ha sido tu proceso de aprendizaje, de búsqueda de material de obtener información de cada tipografía? Ha debido ser un proceso largo…
Lo cierto es que nunca me lo tomé como un proceso ya que durante los primeros años simplemente iba aprendiendo sin ningún tipo de objetivo prefijado. Fui descubriendo poco a poco, preguntando todo lo que podía y buscando entre la ingente cantidad de información disponible en internet. Fue un recorrido muy lento, pero también muy gratificante. A veces tardaba semanas en descubrir algo realmente sencillo, pero no tenía prisa: disfrutaba con el proceso. Pasaron los años y de repente me di cuenta que no lo hacía mal…

Otra cuestión fue la adquisición del material. Al principio únicamente contaba con unas pocas familias de madera y poco más. Yo creía que con eso y la vieja prensa de pruebas que conseguí restaurar sería suficiente, pero la cantidad de material necesario para empezar a trabajar en condiciones es impresionante y debo admitir que eso si me impacientaba. Además no tenía ni idea ni de lo que realmente se necesitaba, así que para ahorrarme el mal trago de acudir a imprentas sin saber exactamente que pedir empecé a comprar material por internet, básicamente de EEUU y el Reino Unido. Poco a poco fui aprendiendo y superé la vergüenza inicial. Empecé a localizar viejas imprentas que todavía disponían de material tipográfico sin usar y paulatinamente fui incorporando piezas hasta completar la colección de la que dispongo actualmente (aproximadamente 150 familias de plomo en cuerpos relativamente grandes y otros 50 en madera) a parte de la gran cantidad de material de blancos necesarios para el montaje de los moldes, grabados, y artefactos de todo tipo… De hecho este es un proceso que nunca termina: siempre que me lo puedo permitir sigo comprando material si me parece interesante.

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Cada serie de tus impresiones que he visto, muestra un background detrás enorme y una relato poético de gran delicadeza, tus diseños son reflexiones propias, alguna que hayas querido plasmar pero ha resultado demasiado difícil para ser entendida?
No todo el mundo entiende las composiciones -ni me parece necesario que así sea- pero mí (de)formación como diseñador me obliga a tener siempre algo que contar, así que imagino que por eso necesito ese background que mencionas: sin nada que transmitir soy incapaz de mover un dedo con sentido. A partir de ahí -y a diferencia del proceso normal en diseño gráfico- deja de importarme el receptor, si el mensaje va a entenderse o no. Simplemente intento motivar mis intervenciones y que los elementos tipográficos sean los protagonistas. Justamente por eso, siempre complemento mis composiciones con unos textos que las contextualizan y explican en la web de BunkerType, tanto desde el punto de vista conceptual como -a menudo- técnico y de ejecución.

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La palabra Bunker de Bunkertype proviene de tu taller inicial?
BunkerType nació en 2009, aunque en aquel momento ni tenia nombre ni lo necesitaba. Al principio sólo ocupaba el espació de un pequeño trastero, no más de 8m2. Poco a poco fui adquiriendo más material tipográfico y una pequeña Boston manual, que no supe ni donde colocar. Gracias a la amabilidad de un vecino que me permitió tirar el tabique de su trastero, uní dos espacios y dupliqué el negocio: ¡nada más y nada menos que 18m2!. Como comprenderás para mi eso era un lujo, pero seamos realistas, continuaba siendo un pequeño zulo bajo tierra, así que cuando creí que estaba preparado para empezar a mostrar mi trabajo y tuve que bautizar el taller no tuve demasiadas dudas al respecto: usé el término “Bunker” con el que una amiga se refería cariñosamente a mi invento hacía ya algún tiempo y simplemente lo contextualicé.

Actualmente dispongo de un espacio de unos 70m2 en el mismo edificio, pero el aspecto sigue recordando al inicial y el espíritu sigue intacto así que el nombre quedó inmutable: digamos que sigue siendo un Bunker bajo tierra, sólo que un poco más amplio y confortable…

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Cual es la letra que más significado tiene para ti?
Algunas letras -especialmente en determinados alfabetos de madera- tienen características que las hacen especiales, por su modulación atípica, sus rasgos especiales o la ausencia de las correcciones ópticas presentes en cualquier alfabeto actual, pero más allá de eso no tengo predilección por ninguna en concreto, aunque si te sirve, para visualizar el aspecto de una familia siempre empiezo buscando el cajetín que contiene la “a”.

Porque siempre algo de color naranja en tus impresiones?
Lo cierto es que no es nada premeditado aunque seguramente tengas razón. Antiguamente los textos se imprimían siempre en negro, quedando el rojo como segunda tinta para las iniciales o las notas, posiblemente eso forme parte de mi ADN; trabajo con elementos y conceptos muy esenciales, y en ese sentido imagino que mi paleta de colores en ocasiones acaba siendo igual de parca.

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En el estudio utilizamos la tipografía Abel, alguna historia?
¡Hay miles de tipografías! No, no tengo ninguna información complementaria de esa en concreto, aunque te recomiendo observar detenidamente la letra “g” en un cuerpo lo suficientemente grande: no tiene desperdicio!

Organizas workshops en tu taller de impresión letterpress, la gente se engancha y continua su formación?
No me planteo los workshops como un elemento formativo encarándolo al oficio de impresor. Cuando de jovencito trabajé en una imprenta conocí la dificultad de ese trabajo. Los operarios de aquel taller habían empezado muy jóvenes a aprender el oficio, progresando de aprendices de 5ª a aprendices de 4ª, 3ª… y así sucesivamente hasta llegar a la categoría de oficial, en la que también deberían ir progresando de rango hasta llegar a oficial de 1ª. Cuando alguien pretende que le explique un oficio lo que le cuento es esta historia.

Por el contrario, lo que si intento trasladar en los workshops es la increíble sensación de trabajar con las letras físicamente, de un modo palpable, matérico. Hay muchísimos conceptos, principios o convenciones, usados en tipografía -y aplicados lógicamente también en tipografía digital (la de nuestros ordenadores)- que son infinitamente más comprensibles y lógicos explicados con el sistema tradicional. Bastará con que intentes colocar un “S” de cualquier alfabeto de madera en un molde tipográfico: en primer lugar te darás cuenta que es una pieza reversible y posiblemente te preguntarás si da igual ponerlo en uno u otro sentido. Luego, cuando lo imprimas, tal vez observarás que algo no funciona correctamente y probarás volteando la letra de modo que, sin darte cuenta, estarás evidenciando el complejo sistema de correcciones y compensaciones ópticas presentes en la construcción gráfica de las distintas letras (en este caso la ligera elevación del eje central que divide la letra para compensar el peso visual del bloque superior respecta al inferior). Otro experimento todavía más sencillo: selecciona un alfabeto de tipo geométrico en el que la letra “O” sea circular (por ejemplo Futura) y compara 2 bloques que contengan ambas letras “O”. Si vas volteando una de las piezas y la contrapones con la otra observarás que el bloque que las contiene no siempre encaja, no es totalmente cuadrado. Esa característica -que pasaría desapercibida en el sistema digital- se muestra con toda rotundidad en el sistema de tipos móviles y nos sirve -en esta ocasión- para entender las correcciones ópticas necesarias para que los elementos circulares sean percibidos como tales (y es que paradójicamente, para que un círculo sea percibido como tal, debemos reducir ligeramente el ancho para adecuarlo ópticamente). Finalmente, algo tan sencillo como el tamaño: todos sabemos que el cuerpo tipográfico se expresa en puntos pero, ¿Qué es un punto? ¿Que significa que una letra mida 36 puntos? ¿Cual es la distancia de la letra que se mide? Eso, que la mayoría desconoce -incluidos la mayoría de diseñadores- se explica por si solo sujetando un simple tipo de plomo… En fin: no terminaría…

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Que es lo que más atrae a los que hacen tu workshop? Y a ti de hacerlos?
En realidad los workshops, al igual que la tienda virtual, surgieron del intento de que BunkerType se autofinanciara: la idea era incorporar nuevo material al taller a partir de los workshops y la venta de obra gráfica, aunque mucho me temo que mi impaciencia y avidez siempre pudieron más. Aún así, los workshops son otro modo de dar a conocer mi actividad en el taller y de conocer a gente a menudo muy interesante y sobretodo muy agradecida. Generalmente diseñadores (tanto profesionales como estudiantes), artistas y también personas a las que simplemente les resulta sugerente vienen al taller a descubrir algo que les suena vagamente, que solo han podido leer en los libros y de lo que difícilmente volverán a disfrutar. La verdad es que se crea un ambiente de trabajo muy agradable y cuando se ponen manos a la obra no hay modo de echarlos! Algo que he aprendido durante estos años es que estamos tan acostumbrado a trabajar intentando eliminar los procesos para centrarnos en los resultados, que cuando invertimos ese orden uno acaba perdiendo por completo la noción del tiempo. Esa es una sensación realmente gratificante.

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Con que palabra motivarías a la gente a hacer un curso de impresión letterpress con tipos móviles de plomo y madera?
Disculpa la franqueza, pero si alguien necesita motivación para asistir a uno de los workshops prefiero que se quede en casa…

Continuará…..y os mostraremos el mini taller que hicimos !!

31.10.14